La mirada de la bailarina y coreógrafa Ana Continente nos guía por las historias de varias mujeres que han sido víctimas de la violencia masculina en Guatemala. Al mismo tiempo, nos habla de su arriesgada lucha contra la impunidad que, a fecha de hoy, ampara a los verdugos. Los testimonios de estas mujeres y de sus familiares nos muestran el alcance de unos crímenes que, en aquel país, se traducen en 500 muertes al año.
Ficha técnica
Año de producción: 2008
Formato: HDV. Color. 16:9
Duración: 77 minutos
Productora: Nanuk P.A.
Protagonistas: Norma Cruz, Adriana Rodríguez, Úrsula Méndez, Nataly Muñoz, Ana Continente,Tonibelle Che, Rootman Stivens, Mynor Pinto y Raúl Martínez
Música danza: Pancho Basico3 y MC Mariposa
Coreografía: Ana Continente
Producción: Alberto Jiménez
Dirección: José Manuel Fandos y Javier Estella
Festivales:
Premio del público en el Festival de Cine y Derechos Humanos de Zaragoza. 2009
Mención Especial Festival Internacional de Cine de Huesca. 2009
Seleccionado en el Festival de Cine Español de Nantes. 2009
Mejor documental de contenido social en el Festival Alcances. Cádiz. 2009
Mejor documental SCIFE. Fuentes de Ebro (Zaragoza). 2009
Crítica Diario de Cádiz
DIARIO DE CÁDIZ. 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009
CRÍTICA. ESCRITO EN EL CUERPO
LA VOZ A TI DEBIDA
Cuando las atrocidades enmudecen, damos voz a nuestros cuerpos. Este estremecedor largometraje sobre los casos de violencia sobre mujeres y ”femicidios” en Guatemala, impacta y anonada incluso en un país que se despierta cada día con el incesante goteo de una herida que no cesa. El trabajo sigue las pautas clásicas del documental de carácter testimonial, entrelazando entrevistas sobre terribles experiencias personales, con el devenir de los acontecimientos a que dan lugar. Todo sopesado, medido con el ritmo narrativo apropiado, en su justa medida y en el momento oportuno aportando cada secuencia la correcta información. La exposición personal adquiere la suerte de una terapia liberadora ante la presencia muda de una artista que va a transformar el dolor en una danza catártica, que se despliega en diversas coreografías entretejidas entre los diferentes fragmentos y que ocuparán los más variados espacios, tanto urbanos como íntimos. La sed de justicia y no la venganza, es el impulso de estas heroínas silenciosas a las que se llega a admirar por tomar el camino correcto , aunque el sistema las tentara a tirar por la calle de en medio y, a veces, tengan que apartarse del sendero, porque el aliento no les da para más. Pero ya no hay vuelta atrás, pues nadie puede detener a una mujer que ha perdido el miedo.
Desirée Ortega Cerpa